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jueves, 28 de marzo de 2013

LOS LIENZOS DE LA IGLESIA DEL CARMEN (1)




Años después de la inauguración del nuevo templo de Nuestra Señora del Carmen de Renueva (16 de Junio de 1968) el sacerdote D. José Muñoz Miñambres, en aquellos años al frente de la parroquia, pondrá en marcha un ambicioso y costoso proyecto cuya finalidad será dotar a la iglesia de una colección de lienzos con temas Marianos. La idea es confeccionar 12 grandes cuadros que ocuparan los paños de pared  existentes entre las columnas en la parte alta de la nave central y una gran pintura, dedicado a la Virgen del Carmen en una de las paredes del coro. Uno a uno o de dos en dos, según  las disponibilidad económicas de La parroquia pues la construcción del templo supuso una gran inversión, se fueron realizando los lienzos; en 1989 siendo ya párroco, el actual, D. Tomas Calero Aparicio se colgara el ultimo de los doce dedicado a La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés). A día de hoy el gran mural que ocuparía el coro no se ha realizado y posiblemente no se realice al haber instalado en el coro el órgano, que data de 1794, procedente de la desaparecida iglesia de Renueva.
Miguel Lucas será el encargado de realizar estos lienzos tomando como referencia obras de grandes pintores que han tratado tomas de la Virgen como: Bartolomé Esteban Murillo (seis de los lienzos están inspirados en su obra, Rafael Sanzio, Fray Angélico, Velazquez, Mateo Cerezo y dos litografías de Gustavo Dore.
Se utilizara una técnica monocroma en una escala ascendente y descendente de tonos tostados que encajan perfectamente en el ambiente de la iglesia y logran un buen efecto óptico. Los lienzos de unas medidas que aproximan a los 3 m. de ancho y 2 m. de alto se enmarcan con una moldura de color blanco.
El pintor de estos lienzos tiene que adaptar las dimensiones de las obras originales a las mediadas de las paredes donde van a ser colgados para ello: amplia o recorta las escenas, acerca o aleja las figuras y en algunos casos añade o elimina figuras o elementos arquitectónicos.





La Inmaculada. Bartolomé Esteban Murillo
De las numerosas Inmaculadas que salieron de los pinceles del sevillano Murillo Miguel Lucas utilizo para este lienzo la llamada Inmaculada del Escorial pintura del Barroco Español s. XVII realizada entre 1656 – 1660 en óleo sobre lienzo.
Para adaptar la pintura original a la anchura del lienzo Lucas añade a la izquierda  de esa atmósfera que envuelve a la Virgen unos ángeles.
Representa a la Virgen de gran belleza juvenil .Los ángeles de la base portan azucenas símbolo de pureza, rosas símbolo de amor, olivo símbolo de la paz, y la palma símbolo del martirio.
Fue comprada en Sevilla por Carlos III y perteneció el príncipe Carlos IV en la Casita del Príncipe del Real Monasterio del Escorial (1788), de donde le viene su nombre; de aquí pasaría a Aranjuez  y finalmente desde 1819 se expone en el Museo del Prado (Madrid). También se le dio el nombre de La Inmaculada de la Granja por creer que procedía de ese palacio.



Santa Ana y La Virgen (La Niña María). Bartolomé Esteban Murillo
Obra barroca del s. XVII (1655) del maestro Bartolomé Esteban Murillo perteneciente a la Escuela Sevillana, realizada en óleo sobre lienzo.
Perteneció a Isabel de Farnesio en el Palacio de la Granja de San Ildefonso.
El tema escogido por Murillo, muy representativo de los pintores sevillanos, es un hecho de la vida cotidiana en el que aparece la madre, en este caso Santa Ana, enseñando a leer a su hija mientras dos ángeles descienden para coronar con flores a la Virgen Niña.
Miguel Lucas conserva los elementos esenciales del cuadro original ampliando los elementos arquitectónicos en los que se desarrolla la escena para adaptar las dimensiones del cuadro.




Desposorios de la Virgen. Rafael Sanzio
Es uno de los cuadros más representativos del Renacimiento Italiano pintado en el s. XVI año 1504  obra del italiano Rafael Sanzio que utilizo temple y óleo sobre tabla.
La obra fue un encargo de la familia Albizzini para la Capilla de San José en la iglesia de San Francisco de la ciudad italiana de Citta di Castello (Perugia) en la región de Umbria. En 1798 es comprado al general Lechi del ejercito de Napoleón por el comerciante milanes Giaccomo Sannazari que lo dona al hospital de Milán en 1804. Años más tarde es adquirido por la Academia de Bellas Arte y pasara a la Pinacoteca de Brera en Milan.
El centro de la escena es el sumo sacerdote situándose a un lado la Virgen acompañada por doncellas y en el otro San José y varios hombres; y recoge el momento en que San José coloca el anillo en el dedo de la Virgen María.
Para  realizar la copia de esta obra M. Lucas se centra en las figuras principales que enmarca con columnas laterales dando la sensación de que la acción se realiza en el interior del templo, eliminando el templo poligonal que esta al fondo de la imagen y todo aquello que esta por encima de las figuras centrales.

La Anunciación. Fray Angélico
Es la escena principal de un retablo que se completa con una tabla estrecha situada en la parte inferior (predela) con cinco escenas de la vida de la Virgen. La obra realizada al temple sobre tabla es de Fray Angélico pintor representante del Renacimiento Italiano s. XV entre 1430 – 1435 para la iglesia del Convento de Santo Domingo en la ciudad de Fiesole  provincia de Frorencia en la región italiana de la Toscana.
En 1611 la obra es vendida a Mario Fameses que la regala al Duque de Lerma (Francisco Gómez Sandoval). En un principio se deposito en el Convento de San Pablo (Valladolid) pasando a mediados del s. XIX al Convento de las Descalzas Reales y desde 1861 se encuentra en el Museo del Prado (Madrid).
Representa el anuncio del Arcángel San Gabriel a la Virgen María, la escena se desarrolla en un pórtico con arcos de medio punto apoyados en finas columnas; en un plano secundario, en el lado izquierdo, el artista representa la expulsión de Adán y Eva del Paraíso.
El copista tiene que adaptar las dimensiones de la tabla a sus necesidades y recorta la escena en  la parte superior desapareciendo las manos de Dios, situadas en el ángulo superior izquierdo, de las que parte el rayo de luz que llega a la Virgen y los medallones situados en la parte superior de la fachada  del templo.